viernes, 3 de enero de 2025

A la búsqueda de un texto

 Te puedes levantar muy temprano si quieres. Lady Obsesión no te ha dejado dormir. Se diría que te tiene atenazado. No te voy a decir por dónde. Pero te levantas para buscar un texto. Antes realizas los actos ordinarios, los acostumbrados. Pero esta vez con mayor rapidez, sin tanto esmero. La meta la tienes clavada. Ella te condiciona tus actos, todos tus actos, hasta los más insignificantes. Y hace que todo vaya a una velocidad supersónica. Todo ha pasado a segundo plano. Fuera. Fuera. Adelante. Caminas desembocado. Y por fin llegas a la silla y miras la pantalla, la hoja moderna con una luz que casi te deslumbra. Toda blanca. Toda luz. Pero nada. No ves nada. Te ha cegado. Buscas la razón del vacío. Pero no estás en condiciones de encontrar nada porque no estás en condiciones de buscar nada. Porque la precipitación de Lady “Obs” te obstruye. Lady Obstrucción parece. 

Tras tanta rapidez, velocidad, eliminación de lo corriente, de todo lo habitual. El deseo de llegar pronto a la meta te ha traicionado. Te ha vaciado. Te ha arrancado todos los argumentos, incluso los más pequeños que siempre te asomaban por encima del flequillo. Se te ha caído el alma a los pies. Y los pensamientos denigrantes, los aniquiladores siempre al acecho, aparecen delante de ti. En toda la pantalla. Te miran con ojos que atraviesan, que tumban a cualquiera. Quizás sea el momento de volver a empezar. Por lo más básico. Trasladarte a la primera edad. A las primeras sensaciones. Los primeros instantes  y las primeras capturas de ideas, pensamiento y sentimientos. A lo mejor pescas algo, espera el momento. Con toda paciencia. Sin prisas. Aunque sea un pequeño texto.